Tras analizar las palabras dedicadas a Educación por el Presidente del Gobierno de Canarias en su discurso de investidura, Ángel Víctor Torres, afirmamos que, como es lógico, todos los candidatos a ejercer la Presidencia de nuestra comunidad autónoma han expresado siempre sus mejores deseos para nuestra enseñanza pública y, en este caso, Torres ha manifestado voluntad de cambio y vocación para potenciar y mejorar los servicios públicos esenciales donde como no podía ser de otra manera ha encuadrado la educación.
En este sentido, sólo podemos afirmar que en esa misma línea todos los agentes sociales queremos avanzar porque constituye un mensaje positivo para quienes nos dedicamos a defender la enseñanza pública de nuestra tierra. Asimismo, enfatizamos en que nos ha gustado su cercanía y voluntad de estar cerca de las personas de carne y hueso porque demuestra empatía con las necesidades y los derechos laborales.
Además, destacamos que nuestra reconocida profesionalidad y absoluta independencia económica e ideológica de todos los partidos políticos nos permiten, sin obediencias debidas ni falsos pudores, ponernos a disposición de quienes asuman las responsabilidades en la Consejería para trabajar juntos por el bien de la enseñanza pública de Canarias.
No obstante, este ofrecimiento que hoy hacemos público no puede tener un carácter incondicional: supeditamos nuestra oferta de colaboración con la Administración Educativa a que los próximos dirigentes demuestren su voluntad negociadora en la Mesa Sectorial, se comprometan a respetar los acuerdos vigentes y quieran profundizar en las mejoras logradas en los últimos cursos para el sistema educativo y su profesorado.
Por último, aplaudimos sin reservas las buenas intenciones expresadas ayer (jueves) y hoy (viernes) en el Parlamento de Canarias, sobre todo la imprescindible apuesta por alcanzar el 5% del PIB en los presupuestos educativos, pero también hay que recordar las principales cuestiones pendientes, que deberemos resolver entre todos desde el comienzo del próximo curso escolar: un horario semanal máximo de 23 horas para el Cuerpo de Maestros, una bajada generalizada de las ratios profesor/alumno hasta alcanzar la media nacional, una reducción de la excesiva carga burocrática del profesorado, un nuevo sistema de listas de empleo docentes, el pago del verano a los interinos contratados durante cinco meses y medio en un curso, la formación continua del profesorado durante su jornada laboral, un plan general de mejoras para las infraestructuras educativas obsoletas, una mayor autonomía de gestión para los centros y, muy especialmente, la puesta en valor de la función docente ante la sociedad canaria.