Exigimos a la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes que aclare los efectos de la nueva ley educativa para el próximo curso. Existe un enorme desconocimiento entre el profesorado sobre cómo va a ser el nuevo curso, cuando entrarán en vigor muchos aspectos de la LOMLOE, y pide que se asesore y oriente a los equipos directivos.
La publicación de la LOMLOE en diciembre de 2020 empuja a los docentes a enfrentarse a nuevos cambios en el desarrollo de su labor. La nueva ley conlleva modificaciones en los currículos, en la ordenación de las enseñanzas y en el modo de evaluar, pero también implica la inclusión de metodologías emergentes y una redefinición de la atención a las diferencias individuales, entre otras novedades. Todo ello está generando gran incertidumbre entre el profesorado, que se enfrenta a un periodo de adaptación sin las herramientas necesarias.
Hasta la fecha, las distintas administraciones han publicado una nueva ley educativa (LOMLOE), nuevos currículos de infantil y primaria (Real Decreto 95/2022 y Real Decreto 157/2022), una normativa nacional sobre evaluación (Real Decreto 984/2021), unas instrucciones de evaluación autonómica de interpretación de la normativa nacional y el borrador del currículo de secundaria y bachillerato.
El problema es que por ahora no ha habido formación para los equipos directivos ni para los propios docentes que les ayude a interpretar esta evolución normativa. Los compañeros que están en los centros nos trasladan constantemente preguntas relacionadas con la nueva norma: cómo deben evaluar este año, qué optativas se ofrecerán el próximo curso, cómo interpretar el perfil de salida, qué son las competencias específicas o cómo se hace el informe de final de ciclo. El profesorado debe interpretar la normativa y ser elemento coparticipe del cambio, pero no puede hacerlo sin directrices claras ni ayudas cercanas para aclarar las dudas más que razonables que plantean todos estos cambios.
Es fundamental dar pautas y formación a los docentes, porque, si no se hace, “la ley corre el riesgo de convertirse en papel mojado”.
A veces los cambios permiten avanzar, pero en otras ocasiones la falta de ayudas y formación provoca que esos cambios se dilaten muchísimo en el tiempo y que lleguen a perder su razón de ser. No entendemos que se cambien las leyes constantemente en materia educativa sin contar con el profesorado, pero, si además no formas a quienes tienen que articular esos cambios, ¿de qué sirve todo esto?