En ANPE Canarias estamos muy decepcionados con cómo se está llevando a cabo la implantación en el Archipiélago de las nuevas leyes educativas por parte de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes. Tanto la LOMLOE como la Ley de FP entraron en vigor sin que el Ministerio de Educación se preocupara por buscar el consenso entre la comunidad educativa. Pero, además, la Consejería no se ha preocupado por ofertar la suficiente formación al profesorado canario para que este pueda adaptarse a los nuevos currículos. Nuestra organización ha intentado paliar esta situación convocando sesiones formativas, pero entendemos que es la Administración quien debería haber llevado a cabo esta formación.
Además, si no se corrige, la propuesta de ordenación de las enseñanzas que se deriva de la implantación de la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, de modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), generará enormes dificultades para ajustar los horarios en los centros educativos el próximo curso.
La Consejería acaba de publicar una propuesta a la nueva ordenación de las enseñanzas, a tenor de la publicación de la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, de modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE). En esa publicación se especifica que, en los centros de Infantil y Primaria, las materias se organizarán en el horario preferentemente en sesiones de 45 minutos, con excepción de la materia de Religión Primaria, que está dotada, según aplicación del Real Decreto 157/2022, de 1 de marzo, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria, de un mínimo de 60 minutos.
Según la propia normativa de la Consejería, para cumplir con el RD citado, las sesiones de Religión tendrán una duración de 60 minutos y los centros deberán detraer de las sesiones de esa jornada el tiempo necesario para ello.
Esta diferencia en el tiempo dedicado a la materia de Religión generará muchas dificultades a los equipos directivos a la hora de ajustar los horarios del personal docente. Nos preocupa, además, que estas situaciones perjudiquen el clima en los centros educativos y generen discrepancias entre los propios docentes. El debate ideológico no debe estar dentro de las aulas. La materia de Religión se imparte porque así lo contempla la ley. Por tanto, mientras se mantenga dentro de la oferta académica deben evitarse estos problemas en los centros y los conflictos entre trabajadores.