Urge una potente inversión económica en las infraestructuras educativas de Lanzarote para atender la demanda de una población escolar creciente y, al mismo tiempo, acabar con las carencias que arrastran los centros desde hace años. Por ese motivo, instamos a la Consejería de Educación a ir eliminando los barracones, acometer nuevas construcciones y colocar zonas de sombra para poder desarrollar actividades al aire libre sin riesgo para la salud.
Nuestro sindicato ha mantenido esta semana una reunión con el profesorado de la Isla para conocer de primera mano las especificidades del sistema conejero. El encuentro se celebró el pasado martes 24 de septiembre y asistieron el presidente autonómico, Pedro Crespo; la presidenta de Las Palmas, María Perera; y el presidente de Santa Cruz de Tenerife, Víctor González; además de un nutrido grupo de docentes.
El comportamiento demográfico de Lanzarote y Fuerteventura es radicalmente distinto al de las islas occidentales no capitalinas. Éstas han ganado población mientras las otras la perdían, lo que ha hecho que muchas instalaciones se queden obsoletas no sólo por el paso del tiempo sino, además, por el aumento de población escolar. Este contexto hace necesario un plan especial diseñado para atender una realidad distinta.
Esta apuesta debe incluirse dentro de un plan de infraestructuras educativas para toda Canarias, ya que la crisis dejó en el aire la edificación de múltiples centros, especialmente en las islas orientales y en los sures de las capitalinas.
Además de ser polos de atracción de población, Lanzarote y Fuerteventura también cuentan con un clima más cálido, motivo por el que nuestro sindicato considera prioritario que la Administración Educativa instale zonas de sombra en los centros. El elevado número de horas de sol al año y la ausencia de espacios techados suponen un grave problema para el desarrollo de actividades al aire libre, ya sea para el disfrute de los recreos o las clases de Educación Física, además de un problema de salud.
Por otro lado, nos oponemos al uso generalizado de los barracones, una medida que debe ser excepcional y no un parche con el que se pretenda evitar la construcción de los centros que puedan ser necesarios.
Esperamos que pronto se ponga en marcha un plan para eliminar este tipo de aulas modulares, ya que la nueva consejera de Educación, María José Guerra, ha manifestado su intención de acabar con estos espacios y mejorar las condiciones en las que se imparte docencia en algunos centros del Archipiélago.
Asimismo, los profesionales de la enseñanza de esta isla nos han demandado un sistema más eficaz a la hora de cubrir las bajas, que permita que los centros, especialmente en las islas no capitalinas, puedan completar sus plantillas en el menor tiempo posible, proporcionando así un mejor servicio a todos los alumnos que se forman en ellos.
Por último, las elevadas ratios en todas las etapas educativas son otro de los problemas recurrentes entre los participantes en este encuentro insular. El excesivo número de alumnos por cada docente es una queja generalizada en todo el sistema educativo canario y una de las reclamaciones, ya históricas, de nuestro sindicato.