La familia de ANPE Canarias ha recibido con emoción y gratitud las incontables muestras de condolencia y afecto por el fallecimiento de Gabriel Crespo, gran impulsor de nuestro sindicato en el Archipiélago.
Las despedidas siempre son duras, pero la solidaridad y el reconocimiento mostrados por cientos de compañeros y dirigentes políticos han significado un gran apoyo para los miembros de nuestra organización. Nos reconforta saber que la dimensión humana y profesional de Gabriel Crespo caló y que su legado -su disposición al diálogo y su entrega a la enseñanza pública- contribuyó a mejorar las condiciones laborales del profesorado y la calidad de nuestras escuelas. La gratitud de tantos docentes es el mejor homenaje posible a su trayectoria.
Desde que Gabriel Crespo se jubiló, este sindicato ha mantenido viva la llama que él encendió. Nuestro propósito ha sido preservar los ideales que defendió desde que llegó a su primer destino en Playa Santiago (La Gomera) a bordo de una falúa hasta que convirtió a ANPE en organización de referencia dentro del sindicalismo educativo canario. Su actitud como dirigente sindical fue una muestra más de su talante como persona, que transmitió no solo a su familia, sino a todos aquellos con los que compartió el camino.
Hoy más que nunca nuestro sindicato tiene claros cuáles son sus objetivos: seguir la estela marcada por su principal promotor y reivindicar sin descanso los valores humanistas y profesionales de los que impregnó la acción diaria de ANPE Canarias. Gabriel Crespo fue un maestro en el significado más hondo de la palabra y difundir sus enseñanzas vitales y educativas era, es y será un honor.