Las retenciones a cuenta del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) son un adelanto que hacemos a Hacienda en relación a lo que nos corresponderá pagar cuando llegue el momento de hacer la declaración de la renta.
Hay funcionarios interinos que durante la primera mitad de este año mantuvieron una retención del IRPF inferior a la recomendable. Se les aplicó un porcentaje acorde a la duración de sus contratos, cuya fecha de finalización era el 31 de agosto. En septiembre muchos de esos profesionales -algunos siguen siendo interinos y otros son funcionarios en prácticas- volvieron a prestar servicios en el sistema público educativo y su contribución se tuvo que ajustar a la nueva previsión de ingresos con la que iban a contar durante todo el año. Eso implica un aumento de la cantidad que la Administración les descuenta cada mes de su salario bruto y, en consecuencia, un descenso de sus ingresos.
Si no quieres que esto te ocurra, te recordamos que este porcentaje debe corregirse en el mes de enero, fecha en la que debemos valorar si tenemos opciones de trabajar durante todo el año o no. En caso de que sí contemos con posibilidades, lo más aconsejable es fijar las retenciones en función de esa previsión y evitar así sorpresas desagradables cuando comience el curso siguiente y no podamos evitar el ajuste al alza.
